Como es evidente, el elemento que destaca en este estado es el agua, aunque contrariamente de lo que ocurre en el de Fuego y Tierra, en Agua sí encontramos importantes conatos de tierra fértil y aire de buena calidad. Por otro lado, el fuego está completamente ausente. La capital del reino, donde encontramos la vivienda de la familia real, se encuentra en tierra firme a los pies de un estrecho fiordo de aguas sumamente profundas y rodeado de escarpados acantilados por cuyas paredes corren un sinfín de cristalinas cascadas. Debido a la abundante vegetación que implica tal cantidad de este líquido, las edificaciones unifamiliares de una planta que encontramos a lo largo y ancho del reino son de madera laboriosamente trabajada en intrincados diseños curvados que representa el apacible movimiento del agua. La representación más encomiable de todas ellas es el bastión real, que ocupa la zona más alta de la pared del acantilado pricipal. Las partes de él que no son para su uso como vivienda, tiene la practicidad de edifico público para grandes celebraciones y protección contra cualquier ataque. Otra parte tiene como uso la de ciudad dormitorio de la guardia real. Cabe destacar la importancia de los puertos de cada una de las poblaciones del reino ya que, sin duda, estos son el corazón neurálgico de Agua. En el Edén, la sede principal de este elemento se encuentra en el fiordo de Sognefjord, en Noruega, y por tanto es allí donde se ubica el único portal al reino por el que la entrada y salida no tiene repercusiones de impacto en el Edén.